Más de doscientos ángeles subieron al cielo,
un once de marzo les
robaron su vida.
Velan por nosotros,
mas sentimos aún su aliento,
les arrebataron su
sonrisa inacabada.
Más de doscientos
ángeles subieron al cielo,
mas sus almas no
están aún apagadas,
sentimos su
presencia, en nuestro corazón, vivos sus suspiros en vilo
y nunca serán olvidados por nuestra memoria agotada
por este dolor
inmenso de la pérdida del querer de los ángeles sin olvido,
en esta conciencia
iluminada
por las más de
doscientas almas, que nos velan sin recelo.
Les arrebataron su derecho a la esperanza tardía y vivida,
su tesoro más
preciado y por otros necesitado,
sus sonrisas aún no
están apagadas,
viven presentes en
nuestra alma, lloramos todavía sin consuelo
y nuestros ojos
derraman lágrimas por la ausencia amargada,
cuando los ángeles
subieron y reposaron sus dulces alas en el cielo.
¡¡¡Muchas gracias por compartir mi poema!!!
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